Si me fuera a Nueva York mañana: Louise Bourgeois

Si me fuera a Nueva York mañana, pasado iría al MOMA, para visitar las salas de mis artistas favoritos, y también la obra de Louise Bourgeois, una artista que me la encontré en Bilbao. Es la autora de la famosa araña que está en los exteriores del Guggenheim. Este insecto de bronce de 9 metros de altura,  cuando lo vi por primera vez, me turbó. Sin embargo, a mi amiga Maite, con la que comí el jueves un cocido riquísimo en la calle Carretas, me dijo que ella cuando lo vio, rápidamente se metió dentro ¿Para protegerte, cómo si fuera una guarida? «Sí, me metí dentro para protegerme«.»Cuando descubrimos una obra de arte que nos llama la atención experimentamos algo y lo notamos”, dice Siri Hustvedt (Premio Princesa de Asturias de las Letras 2019). 

Reconozco que la araña al principio me produjo una sensación de amenaza y, a la vez, de vulnerabilidad, cierto miedo a  que algunos de los turistas mientras disparaban fotos se apoyaran en sus  patas y la araña se rompiera, temí que las patas se pudieran doblar en cualquier momento. Mama (Maman) se llama la escultura (1999) y pertenece a una serie inspirada en la araña, que apareció por primera vez en varios dibujos en la década de los 40. Muchos de estos están en el MOMA y me gustaría verlos si me fuera a Nueva York mañana. Las esculturas y los dibujos de la araña son un homenaje a su madre que era tejedora y, según algunos entendidos muestra la duplicidad de la naturaleza de la maternidad, la madre protege y a la vez es depredadora. Sus largas patas pueden funcionar como guarida o como jaula. Yo me quedo con los que dicen que la araña era  un monumento a la madre, animal que teje y construye una red  protectora. El arte sorprende y te sorprende a ti misma al comprobar cómo una obra puede despertar simultáneamente la ambigüedad y la duplicidad: la amenaza y la compasión. Siempre lo digo, asociamos la contemplación del arte a la intelectualidad y a los críticos, y nos olvidamos de las emociones que nos produce ¿Qué nos despierta El beso de Klimt? ¿El grito de Munch? ¿Las pinturas negras de Goya? o ¿La araña de Louise? 

Es el mismo caso de sus mujeres casa Les Femmes Maison realizadas en  los años 40. Piezas con piernas frágiles en un cuerpo que muestra la casa como lugar de refugio o como asfixia. Confieso que a mí me produce más asfixia que refugio. En buena parte de la obra de Louise Bourgeois hay un sentido espacial y arquitectónico ¿No es quizás la arquitectura  el arte más humano de todos? La arquitectura crea espacios donde entramos y vivimos. Es nuestro hogar, nuestro dulce hogar o nuestro infeliz hogar. Para la artista las salas de los museos le condicionaban mucho y no quería depender de ellas, por eso creo sus propios espacios de intimidad: Las celdas (En 2016  se hizo en el Guggenheim una exposición de Louise Bourgeois y de sus celdas: Las estructuras de la existencia (18-3-2016 – 4-9-2016). Una arquitectura propia, un espacio de intimidad  y de sufrimiento ¿Una celda de prisionero o una celda de monje? Creó instalaciones con su pasado y sus recuerdos, objetos personales y con objetos encontrados en las basuras. Ella decía que representaban la historia de otras personas y representaban la idea de abandono, tenían una historía que la relacionaban con ella misma. 

Nos invita a pasar a las celdas y nos deshacemos  de la sensación de ahogo. Y cuando ya nos sentimos familiarizados en el espacio, aparece un espejo. La artista nos pide que nos miremos a nosotros mismos y en ese momento se consigue la tensión final. En este diálogo podemos encontrarnos con nuestra propia celda, nuestra propia intimidad y en ocasiones,  la incomodidad. Louise no se esforzaba en hacer “cosas bonitas” sino en plasmar sus sentimientos, miedos y traumas: hay agresividad, rabia, agujas en la cama, mutilaciones en las figuras y los objetos. La artista sostenía que en su trabajo siempre había un deseo de construir, deshacer y reconstruir aquello que no iba bien. Había un anhelo de reparación.

El reconocimiento de esta artista franco americana le llegó tarde, a los 70 años,  murió con 99. Dicen los estudiosos que resulta muy difícil encontrar en su obra alguna influencia o similitud con artistas o movimientos anteriores, sin embargo su obra sí que ha sido influyente.

Estoy pensando que mañana cojo un avión y me voy a Nueva York para visitar el MOMA y contemplar la obra de Louise Bourgeois.

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